En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que
institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. En
1952 Mandela pasó a presidir el ANC del Transvaal, al tiempo que dirigía a los
voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder del
movimiento. La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela,
que fue confinado en Johannesburgo.
En 1955,
cumplidas sus condenas, reapareció en público, promoviendo la aprobación de una
Carta de la Libertad, en la que se plasmaba la aspiración de un Estado
multirracial, igualitario y democrático, una reforma agraria y una política de
justicia social en el reparto de la riqueza.
En 1962
viajó por diversos países africanos recaudando fondos, recibiendo instrucción
militar y haciendo propaganda de la causa sudafricana. A su regreso fue
detenido y condenado a cinco años de cárcel. Un juicio posterior contra los
dirigentes de la Lanza de la Nación le condenó a cadena perpetua en 1964.
Mientras estuvo en la cárcel, su reputación creció y
llegó a ser conocido como el líder negro más importante en Sudáfrica. En
prisión, él y otros realizaban trabajos forzados en una cantera de cal. Las
condiciones de reclusión eran muy rigurosas. Los prisioneros fueron segregados
por raza y los negros recibían menos raciones.
Uno de los
aspectos menos conocidos de su cautiverio fue la falsa operación de fuga que el
servicio secreto Sudafricano preparó en 1969. El verdadero objetivo era
asesinar a Mandela bajo la apariencia de una recaptura. Pero el Servicio de Inteligencia Británico tuvo
conocimiento del complot y frustró toda la operación.
En febrero de 1985 el Presidente
Botha ofreció la liberación condicional de Mandela a cambio de renunciar a la
lucha armada. Mandela rechazó de hecho la oferta, haciendo un comunicado a
través de su hija Zindzi diciendo: "¿Qué libertad se me ofrece, mientras
sigue prohibida la organización de la gente? Sólo los hombres libres pueden
negociar. Un preso no puede entrar en los contratos."
Prisionero durante 27 años en penosas condiciones, el
gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en
libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el
apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la
falta de libertad de todos los negros sudafricanos.
Finalmente,
Frederik De Klerk, presidente de la República por el Partido Nacional, hubo de
ceder ante la evidencia y abrir el camino para desmontar la segregación racial,
liberando a Mandela en 1990 y convirtiéndole en su principal interlocutor para
negociar el proceso de democratización. Mandela y De Klerk compartieron el
Premio Nobel de la Paz en 1993.
El proceso
culminó definitivamente cuando Nelson Mandela fue elegido el primer presidente
negro de Sudáfrica en 1994, luego de haber recibido el Premio Nobel de la Paz,
por su lucha anti-apartheid.